GBirú

Como un huracán

Supimos endulzar a la vida
tu miel y la mía,
de las paredes de tu sexo,
que nos recorrieron las venas,
curaron heridas
y fueron a dar con corazones rotos,
dispuestos revolucionar la vida.
El calor que emanamos
despertaron latidos
con nuestros gruñidos noturnos,
como gatos en celo,
atracados y atrapados
en las cimas de placer
que supimos encontrar.
Los testigos
marcados en la piel
por las uñas desesperadas,
agarradas al momento
en que dos cuerpos
supieron ser uno
y vociferar sinceridades. 
Es verdad que las promesas en caliente
se tuercen al enfriar
o quizas vuelen con el viento,
pero ese incendio forjó sueños solidos,
susurrados al oído
o anunciado en los periodicos,
partidos a mazazos por el miedo.
Y asi te diste vuelta,
no como en las noches
de mi pecho con tu espalda,
sino como quien huye
del fuego que no puede controlar,
sin rumbo cierto,
dejando detras el rastro del tifón.