Miguel Ángel Miguélez

CARICIAS FRAGANTES (reto romance heroico dodecasílabo)

 

 

 

 

Tenía en las manos caricias fragantes

de aquellos instantes de puro deseo

que ahora Morfeo, con puño aguerrido,

le da otro sentido, camino del sueño.

Y yo con empeño le tengo jurado,

mi amor al costado, salir a su encuentro.

 

Negaba por dentro la miel de su aurora,

pues todo devora la luz del infierno

del trágico invierno de un árbol sin ramas...

¿La paz en las llamas? Tan solo un recuerdo.

A veces me pierdo, buscando las sombras,

cuando tú me nombras y dices: ¡Te quiero!

 

En mi desespero despierto de pronto.

Miro como un tonto, por si en algún hueco

escuchara el eco limpio de tu voz.

Pero surge atroz el final eterno

Y, a mis ojos tierno, veo todo claro:

No es al fin tan raro, si el amor ha muerto,

 

 

partir a otro puerto donde ya no duelas,

desplegar las velas y que sea el viento

de este sentimiento quien esté al timón

de mi corazón y se lleve el resto

por el mar opuesto, donde va el olvido

con el suave ruido del batir del tiempo.