No hay nada mejor que tomar café
en la terraza de un mesón en Jaén,
escuchando el sonido de los arroyos
bajo el tibio sol del mar de olivos.
Las melodías de los herrerillos
sobre los aleros de los cortijos.
Ver, las amapolas bailando vals en
los verdes trigos.
Atardecer, con el cri cri, de los grillos
cortejando en las ramas de los pinos.
No hay nada mejor que amanecer
tras los cristales del hotel en Cazorla,
pero amor, siempre contigo.
Vivo entre dos grandes mares,
uno es verde intenso, inmenso
de olivares. ¡Arcoiris es tu cielo!,
Como la esperanza del novillero
en el ruedo de Linares.
En Granada...
camino despacio sobre la arena,
me gusta disfrutar de las playas:
cristalinas y azuladas.
¡Andalucía!
Tierra de músicos, pintores y poetas;
pueblos de agricultores y frondosa pesca.
¡La costa andaluza, por su arte y belleza,
ninguna otra se le acerca!.
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