Alexandra L

Viaje


Después de tantos intentos, hace su viaje de  vida
bajo los días lluviosos, sobre la noche rendida
finas nubes del otoño cubriéndole las heridas
Y de heladas madrugadas que en los pasillos dormitan.

Dolor que se hunde en la carne, que se expande día a día
llamas que en un fuego lento van consumiendo la risa;
risa que es brisa de tiempo, de tiempo que se termina
triste fortuna  la herencia, en sangre palidecida.

Corren  los días cansados, de siestas  entre dormida
relamiendo va los huesos una brutal agonía
se ha apagado la garganta, palabras en estampida,
enmudeció su guitarra,  saltan las cuerdas vencidas.

Se van abriendo las alas sobre la espalda abatida
un ángel desconsolado está rezando en la ermita,
largo rosario de lágrimas, no habrá duelo,
o campanas sobre esa rosa dormida
solo un suspiro de paz entre las paredes frías.