El mar y la arena se miden en la orilla. La fuerza del viento y la calma de un sentir.
Las olas rompen contra los acantilados, desafiando la paz de la escollera que aguanta.
¿Quién gana la lucha? ¿El mar con su furia o la arena con su paciencia?
Quizá el amor es como el mar y la arena, una constante lucha entre la fuerza y la calma.
Tal vez el éxito radique en encontrar el equilibrio entre dos fuerzas y dejar que fluya la vida. O tal vez, simplemente dependa de la decisión de querer luchar juntos