Marcela Melfi

SIESTA

 

Hay dos palomas en el cedro.

Se besan y copulan.

Copulan y se besan.

Cuando se cansan

y sienten que ya es suficiente,

se van a la magnolia

a embriagarse y dormir.

Tal vez desde alguna ventana

un enfermo las observe.

Pasará la siesta,

otra siesta más,

y yo seguiré aquí,

detenida en la sombra

esperando verte.