Cae la noche en silencio,
el brillo de las estrellas
ilumina débilmente nuestras formas.
Un suspiro en la oscuridad,
unos brazos que me aprietan
trémulamente contra tu pecho.
Pálpito poderoso de mi corazón
que resuena en la estrechez
de mi mundo, acelerando
mi ya inestable pulso.
Siento tu aliento sobre el mío,
y noto cómo tu mano recorre mi espalda.
Fundimos nuestros cuerpos en uno
y por fin aunamos nuestras almas.
Te noto, te siento, te acerco,
aquí plácidamente junto a mí,
nos hundimos en un mar de pasiones
que creíamos perdidas en el tiempo.
Los segundos se detienen y
nuestros brazos enlazados,
creando un círculo de amor
que sellamos con nuestros labios.
Y con la llegada de la luz,
nos despertamos en silencio.
Nos miramos a lo ojos haciéndonos
la promesa de volver a sentir
de nuevo juntos nuestros cuerpos.