Arcos

Ocaso

Hoy fui vencido nuevamente 

por una lozana candidez.

La triste realidad añeja 

mi orgullo golpeó otra vez

y me devolvió a aquel pozo

del cual haber salido pensé.

La soledad y la tristeza 

se apoderan de mi

y con sarcasmo y malicia

me susurran al oído 

que no soy lo que creí ser.

La tortura se apodera de mi mente,

mis pensamientos

son látigos con clavos

que destrozan mi sien

y que sangran con ardor culpable

combinándose con mi salobre tristeza 

que por mis ojos fluye sin poderlo detener.

El ocaso ha llegado

y completamente solo

partiré a un nuevo día

sin amanecer.