Carlos Brid

LAS CUERDAS SECRETAS

LAS CUERDAS SECRETAS

Aún tengo las marcas afiebradas de tu cielo

el de tus ojos, que en mi soledad amanecen

como crece la claridad en el camino de los tilos

en la ruta de las sombras que a la espera me refugio

¡Oh ando sin mascara ni prontuario que aleje!

duermo en el nido de tus brazos libres

sin temor de la inesperada daga que alguna vez

reclamo mi carne y el torrente de mis venas.

¡Ya no necesito armadura ni patíbulo!

ni aconteceres con ráfagas brumosas

hoy el día fulgura en el galope

y desata cabelleras donde las ansias mueren

Y unos de tantos rayos en esta vastedad rebelde

descubre en la tierra ahondada vetas doradas

 semillas guardadas de extintos robles

del principio de las cascadas de cristal

de los senderos de los metales primeros.

¡Ando pues sin las bridas del pasado!

Solo con las marcas afiebradas que no son estigmas

ni pistilos engañosos que solo seducen un día.

Llevo el plumaje del pudor guardado en mi morral

porque ya no necesito un noble manto que me oculte

ni sedas negras enlazadas con los hilos costumbristas.

Tal vez no entiendas que en mi alocada poesía

guarde tu nombre del aullido de los lobos

que en las noches de plata aúllan más desesperados

porque no pueden pasar las vallas de nuestro tiempo

ni la avidez de la premura cuando el instinto asoma

y tensa en un arco de pupilas y silencio

las cuerdas secretas del secreto

en ese follaje que por siempre guardara nuestras formas

cuando solo fuimos vida y manto y pasión sin lutos.