Brom Beto

FANTASÍA Y REALIDAD ENTRELAZADAS (cuento a dos manos)

 

 

 

Un solitario unicornio acercó sus pasos al pequeño lago, bebió sin fin, casi imposible saciar su sed acumulada tras una larga caminata en busca de sus semejantes...una tormenta desenfrenada lo alejó, en forma imprevista, de su manada.

El agua cristalina, transparente, permitía ver allí en lo profundo rocas, corales y pequeños peces de colores diversos.

En un instante creyó ver algo distinto, desconocido para él, eso sí, muy pequeño, llamó su atención pues se movía en una forma rara, a cortos saltos. Lo atribuyó a quizás un reflejo del sol que en aquellos momentos alumbraba con suma energía el lago.

Su innata curiosidad, que desde pequeño lo diferenciaba de sus semejantes, lo incitó a introducir su cabezota en el agua para así observar con mayor claridad.

En segundos un picaresco ser subió hasta situarse a escasos metros, un diminuto caballito de mar iba y venía, pues también para él, este estrafalario animal con un inmenso cuerno era algo nunca visto.

Con el hocico, el bello unicornio dibujó un remolino en el agua y esperó…  Ante su sorpresa, medio bamboleante, la bella y transparente figurilla, seguía intentando aproximarse.

 

Cuando el reflejo de la hermosa cabeza con su único cuerno, estuvo a la par del diminuto caballito de mar, se miraron y ambos sintieron que nada debían temer. Se sentían cercanos en la magia del encuentro. Ambos eran seres mágicos, con historias que llegaban al medioevo, como en el caso del unicornio, no así el caballito de mar que se mantenía muy dificultosamente por su fácil extinción.

Una línea invisible cruzó el aire y el agua en todo resplandor. El sol se escondió por instantes y las criaturas pudieron entablar una mágica conversación, donde cada uno reflejaría sus alegrías y pesares.., sus esperanzas y sus poderes.

¿Porqué el momento fue justamente aquel?

Como en la vida real, también en el mundo de la fantasía, suele ocurrir, que permanezcan flotando preguntas sin respuestas.

Allí... en ese espacio atemporal que el humano no alcanza a ver con sus limitaciones, un unicornio y un caballito de mar se contaron cosas, hablaron de sus asombrosas vidas, de sus largos tiempos, de soledades y miedos, de creencias y poderes que se les atribuían.

Un viento extraño, con aroma a tierras lejanas, se levantó de pronto y, como en un hechizo, ambos se encontraron juntos en la playa de oro puro. En las crines blancas del unicornio que se volcaban hasta el suelo, se había ubicado el pequeño y frágil pez de apenas 15 cm …Podía respirar!!... Sin duda, era un encuentro extraño y milagroso.

Dos criaturas únicas, por alguna razón, se habían encontrado, podían comprenderse y caminar los tiempos. Las dos tenían un terrible depredador: el ser humano.

Llegando a esta conclusión, el gracioso hippocampus, con una pirueta que hacía en el  mar, volvió a él, agitando su única aleta dorsal en señal de despedida.

El misterioso unicornio de níveo pelaje y crines flotando como manto, levantó su largo cuerno , alzó sus patas delanteras y su cuerpo se alzó en una figura de luz tan blanca que cegaba, perdiéndose en el cielo. Quizás el medioevo seguía esperando su poder y magia.

 

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En las tardes apacibles de algún otoño, un niño preguntaba :

-Abuelo ¿me vuelves a dejar entre las manos el caballito de mar? Prometo no hacerle daño…

El abuelo tenía el pequeñísimo esqueleto de un caballito encontrado en la playa. Lo llevó y conservó en su casa y siempre su nieto pequeño pedía por él.

-Solo un instante, mi niño, no quisiera que se rompa...él ha venido a descansar aquí.

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En otro lugar, no muy lejano, un niño de la misma edad pedía…

-¿Abuelo, me muestras de nuevo el unicornio del cuento?

Y su abuelo con infinita ternura, buscaba el viejo libro de su biblioteca, dejando al niño maravillado…

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Todo puede ser, todo es, todo será… solo es cuestión de querer, de existir, de vivir y de aprender a soñar...

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Autores

María Marta Britos (Argentina)

Beto Brom (Israel)

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*Imagen de la WEB