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Al otro lado del rio

Cada uno de nosotros forma parte de un pueblo dominado por un propósito superior. Sin embargo, nos mantenemos impasibles ante la conjunción de medidas que se acometen sin tener en cuenta nuestra opinión.

Y en esas guerras de estrategias que confunden, y casi siempre tienen un propósito de lucro, llegamos al desgaste y a la falta de perspectiva sobre la verdad oculta que sobrevuela por encima de la mesa; y que se disfraza de necesidad para llegar a un desgaste sin remedio dejando rosas muertas sobre la superficie de la tierra; valle de escarchas que se agolpan sobre dificultando mi respiración.

Frente a esa destrucción yo te invito a transitar por mi rio, de castillo de coral y manantial de piedras preciosas. Con el deseo de que abandones las armas y respire la naturaleza con otra sabia: desterrando la violencia y abrazando la justicia.

Con esta esencia se alimentará la sabiduría del hombre, la paz de la especie; la fuerza que sostiene a la roca cuando acontece el descenso del agua por la ladera, compartiendo su oxígeno y manteniendo la vida.

Al encuentro del alma con el ser cuando transita por la orilla del mar, y las olas van a su regazo, acariciando su piel y sintiendo les pertenece formando un baile de amor con su creador, la tierra y la humanidad.

 

Rosa de Gades

 

que suele ser el control,  y poder que provocan el desgaste y la falta de ilusión por aquellos que tienen que tomar el rumbo de nuestro destino