Pablo R.

SECRETOS

Es mi tesoro el día,
mejor dicho la noche,
en aquel cuarto en penumbras,
una música de fondo,
sonando como a lo lejos,
en las paredes espejos
y tú,
¡Oh beatífica visión!
Un paisaje celeste,
un firmamento sembrado de estrellas,
era tu cuerpo desnudo
bañado de luna,
nieve eterna de cordillera
coronada de escarlata,
rubor y pudor,
yaciendo en la cama.
 
Tu pecho enhiesto,
aún agitado
y tus ojos huidizos
mirando hacia otro lado,
cuál doncella
que ha hecho algo indebido,
que a otro hombre se ha entregado
y se debate entre amor y odio,
entre plenitud y agravio,
repleta tiene su copa,
su hambre y deseo
en otros brazos ha saciado.
 
Tu cabeza suavemente,
es mí hombro has apoyado
y mis dedos temblorosos
por tu espalda se han deslizado,
jugado con tu pelo,
delineando tu costado,
contando tus lunares,
que uno a uno he bautizado,
como el astrónomo bautiza,
las galaxias que ha encontrado.
 
Te miro extasiado y me pregunto,
donde diablos has estado,
cómo fue que te encontré
si ni siquiera te he buscado,
tan solo eras recuerdo,
un amor en el pasado
y ahora eres mi tesoro,
un secreto bien guardado.
 
-. PaR
Derechos Reservados
23012023