McAllister Gordon

Poema: MADRUGADA

Poema

Madrugada 

 

Sombra clandestina y confidente,

que llegas con el andar cadente del momento,

cuando las horas  son cómplices y lentas,

 y la nostalgia se antoja cercana compañera. 

 

Oh grata soledad que tú presentas,

en horas sombrías pletóricas de anhelos, 

cubierta de esperanzas, quizás inalcanzables,

y tal vez fatuos espejismos e ilusas utopías.

 

Sin embargo, es la hora de los sueños y proyectos,

con hadas entre velos que ondulan en el aire,

y quiméricas verdades de infantiles navegantes,

entre puertos soñados de ambientes celestiales.

 

Y cuando el último suspiro nocturno se disuelve,

al llegar la claridad de la mañana que aparece,

con sus pírricas verdades e importancia pasajera,

y noticias de trágicas urgencias embusteras.

 

Tal vez sea un absurdo amor inadmisible,

perdido en las esquinas de audacias fantasmales,

donde mueren las ilusiones más amadas,

en medio de una vida de intensas ansiedades.

 

Ya no hay sueños, pareciera… y sin embargo, 

quizás mañana muy temprano,

siendo las 4:30 en la calma madrugada, 

volverán los delirios desde ámbitos fantásticos,

donde el alma divaga con mundos fabulosos.

 

Sí, más temprano que tarde volverán las madrugadas,

donde todo es posible, incluso lo más incomprensible,

para soñar con que sí podría ser posible,

aquello que añora con ansia nuestra alma.

 

Y un día ya no serán sueños ilusorios,

sino hermosas e intensas realidades por vivir.