Veo el atardecer venir y no irse, hoy puede uno sobrevivirse.
Aquél recuerdo vago de el libro perdido entre los escombros de un pasado callado.
La vanidad del destino de escarbar y hacerme leerlo de principio a final.
Ahí comprendí lo que era pensar, posiblemente lo que era amar.
Una cosa más es saber que el mundo es un vasto rompecabezas y que tú eres tan solo una pieza.
o que puedes preguntar hasta que el encuestado encuentre una respuesta que no se imaginaba
ni mucho menos sabía que sabía.
Después la gente te llamará loco, o alguien molesto, tú creerás en daemones que te abren paso o te refrenan
cuando algo tienes que decir o cuando algo tienes que callar.
La mayéutica empleada fue la razón de descubrir la verdad, (arruiné el misterio y bien lo arruinaré aún más);
tú moriste con cicuta y bien pudiste escapar, pero aceptaste la muerte puesto que tú pueblo era tú voluntad.
Similares historias hay, lejos de tú ciudad, pero ahí es dónde se encuentra la filosofía y lo que después
nos esperaba por pensar.