Hay una puerta abierta para entrar poco a poco,
no hay murallas delante, ni fronteras tampoco,
solo hay un mundo cuerdo para volverlo loco
y una eclosión social si es que no me equivoco.
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Tengo una vida enfrente, con un cielo azulado
que me otorga un deseo por un tiempo pactado,
allí tengo un presente también tengo un pasado
con un futuro incierto mirándome de lado.
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Seguro que hay heridas esperando impacientes
y soles amarillos , brillantes, relucientes;
seguro que hay colores igual y diferentes
que llenarán de tonos los días que hay pendientes.
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Hay una puerta enfrente para empezar de cero,
mejor dejarla abierta, pues cerrarla no quiero;
quizá más adelante me entregue por entero
y pueda abrir mas puertas, llegado el mes de enero.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.