César Ortega.

Vestigio.

Sepultado descansa el vestigio.
Inerte testigo de amor y dolor.
Sepultado e inaccesible como un naufragio.
El último destello perturbador.

 

Pero que insensato soy amor.
Entre flores,  entrego el cuerpo frio y deshilado.
Has decidió darle sepultura desolado.
Pero que insensato soy amor.
Pero que insensato soy.

 

Lejos de nuestras manos descansa
Dónde no entra luz ni esperanza.
Lejos de nuestras manos descansa.
Resguardado de toda añoranza.

 

Destruido por mi arrogancia, 
Creó llanto y desgracia.
En tu corazón y el mío sollozando  endurecía.
El dolor de perderte, en desolación me abastecía.

 

Pero que insensato soy amor, 
En tus ojos brilla y tú ser reconforta.
A la puerta te llama, un nuevo amor
Que no declama.

 

Nada nos une, nada nos llama
De mi puerto ha partido tu amor.
Nada nos une, nada nos llama
En mis brazos el helado desamor.