Lamentos de un poeta que se odiaba a si mismo ( Jaime Gil de Biedma )
Atormentado
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Atormentado casi por completo
y a menudo cayendo en el impuro
abismo, de un suburbio claroscuro,
me cuesta consolarme en el respeto.
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Aborrezco el más mínimo secreto
de mi pagano amor, fiero, inseguro;
cuanta más confusión, más grande el muro
que se alza ante mis ojos por decreto.
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Y no tengo el valor de confesarlo,
por eso con mis versos me hago el fuerte
mintiendo sin siquiera yo notarlo..
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En mi interior el odio se divierte,
de alguna forma debo controlarlo,
o este será el principio de mi muerte.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachí