Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

…y que solos estaban tus ojos

 

               para...Aída

 

…y que solos estaban tus ojos

muy cerca de mi desvarío,

porque solos estaban y llenos

de un nocturno amor

                       -como el mío-

 

…y que triste la noche quedaba

como un cementerio desolado y frío,

porque te habías ido y tus ojos no estaban

                          cerca de los míos

 

…mi cuerpo se enfría con las horas

en que te has marchado de mi lado  

                                                       vida,

tu mirada es el fuego que falta

y en humo vuelve mi melancolía

 

...por eso antenoche  me quedé tan solo

y sólo el aroma quedó del perfume

cuando entonces acerqué mi boca

a tu cuello fresco

quedó ese aroma…como un sortilegio.