Raiza N. Jiménez E.

Entre amor y rezos.-

A veces buscaré tu fiel presencia.

Pues esa simpatía que de ti emana,

me da luz y me torna más humana.

Ya no sé qué hacer con tu ausencia.

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Por mis faltas hoy te pido clemencia.

Me pongo a rezar soy buena cristiana.

Acudo al templo al sonar la campana.

Creo en Dios y yo respeto mi creencia.

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Callados conviven en mí, mis ensueños.

Siento a veces, la premura de mis rezos.

Fiel cómplice ha sido, en ello, mi Rosario.

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Yo premio tus gestos aún, los pequeños.

Y exijo de ti, un caudal de febriles besos.

Y para amarte, ya he erigido mi santuario.