Carlos Justino Caballero

SILENCIO OBLIGADO

 

Decido callar. Cierro los labios y los ojos y me voy

a esa quietud interior forzada y bella. Quieto el cuerpo,

ni los párpados vuelan. Y están ausentes los sentidos.

Pero además he aquietado todo en el entorno

para dejar espacio a la mente y al alma, que se entronizan

en un mundo de extrema intimidad.

Es necesario ese silencio como lo es necesario en la oración,

para llegar a puntos de armonía y rescatar vivencias esenciales

y encontrar incluso lo que fuera oscuro para darle luz.

Y advierto la bondad de ese silencio obligado que me permite

llegar a sitios interiores inefables y encontrar la paz.

 

De mi libro “Del sentir que reverbera”. 2018 ISBN 978-987-763-458-7