Raiza N. Jiménez E.

Arrullos de un Recuerdo.-

Escuché ese familiar sonido de tus pasos.

Olí tu perfume, cuando la puerta se abrió.

Hablar de lo que hice hoy, no tiene caso.

Al verte llegar, todo mi cuerpo se sonrió

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Estaba tan triste y llorosa esa otra noche

y la oscuridad llegó abrazando el espacio.

Hubo un desfile de sombras en derroche,

y me envolví en tu cuerpo muy despacio.

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Hay gozo en mi alma al tenerte tan cerca.

Te esperaba hace un rato y mi alma sufría.

Ahora, palpita mi alma cuando te acercas.

  La certeza de mirarte me ha dado alegría.                                             ****                     

Suspiros inundan el aire, con tu fragancia.

Hay revuelo, ante esta inesperada llegada.

Mis abrazos y besos, avivan esta estancia.

Jamás pensé, en verme amada y arrullada.

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¡En juegos de amor no se puede predecir

y en soplos, no vemos qué puede ocurrir!