Diego Nicolás García Contreras

En el techo del cielo

Mirá que grande se infla el globo...

Sale disparado a ver el cielo,

Y se agolpa en sentimiento de libertad, para encontrar al Zenit...al techo de la atmósfera...

Apesadumbrado de su suerte invita al viento que escasea en las alturas:

-Che, viento ¿Por qué aquí te acabas, y te pones tan lento?

-Porque no llevo pasajeros, y aquí arriba ¿a quien oxígeno?...

Si la gente tiene que darse cuenta de cada asiento, a qué la gravedad acompaña...y cada miedo...que desde acá se ve tan pequeño...

Fin del cielo...tela de huevo...

Piel protegiendo...al océano...

-Sabemos que estás ocupado, viento, pero en qué tiempo no, te llevas a la ligera los momentos, y vas despidiendo lo que barres tras de ti...

-Silencio, me agota saber que hay un globo tras el cerco...que puse de noche, el fantasma del pasado...en un lugar abandonado me ayudó...caracol...mejor mire desde donde llegó...a jugar con el brillo de las nubes...a juzgar por el volumen y la altura...estoy achurado hace tiempo...con un nudo en la panza y un cigarro en el sombrero...

 

Para qué tan corta vida, si he de salir cayendo...tras el umbral de insrrtidume, que todos conocemos...

Es mejor soltar el helio...

Atarme la cuerda y rodar, perder mi cuerpo y entregarme a ti...

Zabandija...

Que todo lo oxidas..

Para que lo tienes preparado

Aquí arriba donde todo es psz,

Un entorno aburrido...

Sigo con la misma paz...

Pestañeo...

Déjenme aquí,

En el balcón del gobierno...esperando romper la tela que me contiene en este núcleo...

Abrir los nuevos tiempos...

Agujerearlos cuál hoyejo...

Y echarme a morir...o a vivir...

Dependiendo...

 

Porque lo siento... estoy sin presupuesto, y mi libertad no la compro ni la vendo...

Solo la ofrezco como juramento