Adelaine Soto Alvarez

VEINTICUATRO HORAS DE VIAJE Y DESESPERO

 

Deambulo por las calles polvorientas
Llenas de adoquines y reliquias 
Algunas ya no existen
Al igual que las fachadas
Con su estilo colonial
En pleno derrumbe

Enjugo una lágrima
Que nunca quiere brotar
Pero es persistente
Martilla
Y grita sin remedio

Se nubla mi retina 
Ante tanta podredumbre
El perro vagabundo
El anciano sin techo
Los niños que añoran y esperan 
Y al final se vuelven hombres
Sin haber puesto los pies
En ningún lugar seguro

Los carretones continúan 
Con su carga 
Zarandeados por la multitud
Y el látigo del verdugo
Cada vez más cruel
Sobre el lomo del asno

El júbilo que tuvimos de niños
Ahora es un acordeón 
Sin notas
Soportando impaciente
El desespero humano

También el romerillo
Y la albahaca 
Dieron paso al basurero
Que adorna las esquinas

La casita azul turquesa 
Donde di mis primeros pasos
Perdió su olor
Y sus costumbres 

La verja fue derribada
Y la enredadera 
Ya no tiene 
Las motas de algodón 
Que mi madre les ponía 
Teñidas de colores 
Y sujetas 
Con las ramitas del almacigo 

Ya la época no es 
De tejos y suiza 
Mucho menos de la rueda, rueda
De pan y canela  

El camino es angosto
Amargo
Espeluznante 
Como el dolor más fuerte

Y nos punza
El recuerdo 
De aquellas noches de diciembre
Sentados 
En la mesa del abuelo
Iluminados por las diademas
Y los foquitos de colores

Después 
Hacíamos las cartas a los reyes
Pidiendo 
Lo que podían
O no podían 

Deambulo por las calles 
De la que fue mi urbe 
Observo sus balcones con tristeza
Pierdo hasta la voz
Entre los tendales 
Que bambolea el viento

Cerca la mar
Como siempre impaciente
Con sus muros agrietados
De nostalgia 

Dónde están los amigos
Mis hermanos
Mi pueblo
Por qué tengo que retorcerme
Y continuar sombría 
Como si todo fueran nichos
Estiércol 
Aire descompuesto

Muchachas sobre sus tacones
Vendiéndole el alma al diablo
Otras colgadas a la campana
Que no tañe
Orando por los que se lanzan
Desesperados por llegar
A cualquier parte

Estatutos y más estatutos 
De aquí, de allá, de cuyá 
Incluyendo las leyes Maltusianas 
Conspirando contra la suerte
Del que necesita sobrevivir
Al pánico 

Deambulo por las calles polvorientas
Llenas de adoquines y reliquias 
Algunas ya no existen
Al igual que las fachadas
Con su estilo colonial
En pleno derrumbe

Todo se oscurece
Solloza mi faz atribulada
Frente a mi
Sólo un abismo