Armando G.

Te odie a la orilla del rio Hudson.

Pide el paseo por el rio, el beso, el abrazo,
recibirás de mi solo amor,
jamás despiertes en mi el rencor,
para ti es el amor cultivado con esmero,
el resentimiento es para quien se impone,
para quien piensa es mi dueño
intentando poner un dogal en mi cuello
 
No es ti a quien odio,
sabes cuánto muero por tus besos,
odio a quien piensa es mi dueña
imponiéndose en mi vida
como si fuera un simple objeto
de sus deseos.
 
Tampoco la odio,
 infeliz de ella no sabe
el amor crece en el respeto,
el amor es comprensión, no imposición,
si te digo no te amo, no intentes imponerte,
a tu cama no iré,
el lecho es lugar sagrado, se llega por convicción,
tu solo deseo no basta, debemos desearlo los dos,
 
No escuchaste mis palabras
 hoy sufres el dolor por tu absurda obcecación,
mucho te lo dije,
entre nosotros no existe amor, menos una relación,
soy amigo, no marido,
menos instrumentó de tus deseos,
no intentes imponerte.
 
Hoy pagas por tu sordera,
me alejo,
no me hables, no me llames,
entre nosotros no existe el amor.
 
Arruinaste el bello paseo por el rio
en los brazos del amor,
para ti no existe nada en mi pecho.
 
Si ella lo pide,
para ella son mis besos en la orilla del rio Hudson,
el abrazo,
para ella es mi amor.