Sierdi

A MI MUSA

 

¿Cómo decirte agraciada, si eres la más hermosa?

Siempre serás mi primorosa, la flama esplendorosa.

Para las estrellas más hermosas, eres su martirio.

Como te cela la estrella Sirio, se opaca sigilosa con delirio.

 

Quiere emular tu brillo, torrente de suprema beldad,

¡En verdad!, Dios empleó diferente molde para tu divinidad.

 

Siempre me pregunto;

¿por qué, miraste mis humildes ojos?

¿Y no a gallardo conde con castillos de cerrojos?

 

¿Te enternece la pericia, de colmar tu corazón?

¿Acaso perdiste la cordura y la razón?

Aquella ocasión, que gallardamente tuve la premura,

de decirte te amo.

 

Si has de irte, algún día, ¡puedes hacerlo!

Imagino ver mi corazón parado, con el alma vencida.

Hasta ese día, bombearía eruditamente, frente al tuyo.

 

Tieso, atascada mi alma en mí cuerpo.

Estacionaria el alma en un rincón, todo el tiempo.

Porque eres vida, el aliento que sacude mi palpitar.

El aliciente que me mueve para amar.

 

No permitas que se pare mi corazón,

¡Acuéstalo a tu lado!