cristina c

YO SÉ

 

YO SÉ 

Yo sé que tus clavos me salvaron 
Yo sé que tus ojos me miraron
Yo sé que tu vida la entregaste
Para  redimirme de pecado.

La cruz es locura para muchos 
Para mi, es el sendero del perdón
Clavados en aquella cruz quedaron 
Mis pecados y me has dado salvación. 


En mis noches de desvelo
agradezco desde el fondo de mi corazón
esa muerte cruenta que mi mal pagó
y que me ha dado entrada a tu hermosa mansión. 

 

Tal vez no es fácil comprender porque creo en Dios, porque me acerqué a Él. Puedo decir que El me llamó hace mucho tiempo. No todos creen y he llegado a la conclusión que por fe solamente podemos creer en un Dios que no vemos y que no palpamos.  Cuando todo comenzó, Dios quería manifestarse a los seres humanos a través de la creación. Al mirar los cielos y la tierra y todas los elementos que podemos ver y tocar. Los ojos se recrean en los jardines, los árboles, el mar y la tierra. El sol y la luna nos envuelven con su belleza lejana, aunque si pudiéramos acercarnos al sol, no sería posible. La luna es demasiado distante pero de todas formas nos atrae. 
Yo creo en Dios y no me da vergüenza decirlo y gritarlo en medio de la oscuridad que me rodea. Muchos me han dicho, que es bueno para mi, que es rico creer en un ser superior, pero  que ellos no pueden creer en lo que no han visto. Yo pienso, que les da temor pensar qué hay alguien superior que los pueda dirigir en la vida. Alguien que pueda calmarles la ansiedad, un ser superior que los llene de una paz incomprensible y de un amor absoluto. No somos y seremos jamás perfectos, pero hay personas que me han dicho, yo soy muy mala para recibir de Dios. Qué irónico, prefieren sufrir de violencia física o verbal y no ser sanados por un ser superior que sólo desea nuestro bien. Bueno, medito y escribo espontáneamente esta reflexión, sin revisarla y sin ordenar las palabras. Lo que queda, queda escrito y lo comparto. Dios es mi escudo y mi fortaleza y no lo que piensen los demás mi. Es una relación personal entre El y yo. Espero que algún día tengas la oportunidad de conocerle y recibir de Su plenitud. No te arrepentirás.