Freddy Kalvo

La casa

 

La casa con sus cimientos

sus paredes y pintura

me develan la ternura,

caricias y sentimientos

 

con su olor a primavera

y la canción del riachuelo

que me recuerda a mi abuelo

a orillas de la ribera

 

con las flores de colores

y su aroma penetrante

en la primavera entrante

que recuerda a mis amores,

 

a mis tías y mis tíos

a mis primos y mis primas

y los árboles de limas

con sus ramas y sombríos.

 

La belleza de la casa

donde vi la luz primera

y el verdor de la pradera

por mi mente siempre pasa

 

adornada con jardines

y abundancia de las flores

pintadas con los colores

de las rosas y jazmines

 

con aroma inigualable

que besaban pajaritos

de colores bien bonitos

en aquel ambiente afable

 

de sonrisas y de ensueños

que marcaron la esperanza

y forjaron la templanza

para conseguir los sueños.

 

La casa con la arboleda

y su camino empedrado

donde a veces he llorado

en mi pensamiento queda

 

con las huellas de tristezas

y también las alegrías

porque no olvido esos días

de carencias y pobrezas

 

ni la risa y carcajada

en la verdosa playita

cuando estaba bien bonita

a orillas de la quebrada

 

donde en cada atardecer

nos juntábamos los niños

con sus pleitos y cariños

y dispuestos a correr

 

tras la noble y fiel pelota

amarrada con las pitas

muchas pencas y bolsitas

y algodones de bellotas

 

disfrutando la alegría

que jamás ha de volver

y en mis ojos el llover

me decía que llovía

 

como el agua que refresca,

que te exige un buen abrigo

y al recuerdo yo le digo:

¡La nostalgia es gigantesca!

 

Y la casa en los veranos

la recuerdo con sus frutos

y en mis versos doy tributos

a mis hermanas, mis hermanos,

 

a mi recordada madre

mis abuelos muy queridos;

e igual, jamás habrá olvidos,

para mi sufrido padre

 

y todos los que partieron

en su viaje al infinito

pues con amor quedó escrito

lo mucho que nos quisieron.

 

Y el jardín ha florecido

con su nueva descendencia

que también llevan esencia

de todo lo compartido

 

a sobrinos y mis hijos

a los nietos y mi nieta

que me inspiran cual poeta

y hoy me dan sus regocijos.

 

Y al llegar las navidades

la nostalgia más florece

pero el sentimiento crece

recordando mocedades

 

en la casa que no olvido

con un bello amanecer.

¡Y quién no la va a querer,

si fue siempre un lindo nido!

 

Y la casa que yo tengo

justo adentro en mi memoria

devela claro la historia

que explica de dónde vengo.