Anne Black

Ruego a Dios

Supe que ya no me quería cuando mire sus ojos y ya no me vi en ellos. 

Supe que me odiaba cuando dijo las palabras mágicas consciente de que me harían pedazos. 

También supe que lloraría sin parar con dolor y me preguntaría el por qué. 

Supe que comenzaría a sentir un profundo enojo mezclado con la nostalgia de tardes juntos. Entonces explote en llanto otra vez. 

Me pregunto con quién me he casado, con quién he dormido por tantos años. A quién he refugiado entre mis brazos, por quién no paro de llorar,  pues no ha de valer la pena, sin embargo soy humana y sé reconocer cuando duele; aunque eso me humille. 
Aún lo quiero, no he podido aprehender a odiarlo, no consigo pagarle con la misma moneda, llenar sus noches de soledad y pena; al fin y al cabo es un hombre tan frío que le daría lo mismo; tiene la capacidad de no sentir, de matar con las palabras y lastimar con el puño. Entonces supe que no me amaba, cuando arrojo la piedra sin pensar en cuánto daño me provocaría, cuando se burlo de mis sentimientos y me llamo \"inútil\".   

Grito en silencio pidiendo que me salven, rogando que Dios toque su corazón y así algún día pueda comprender el daño irreparable que ha generado aquí.  Ruego que Dios toque el mío y lo quite de él, borre los recuerdos y me ayude a salir de este pozo que me hunde cada vez mas. 

Ya no ruego que me ame, ya no quiero que me ame.