Esa ponzoña que carcome la mente
envenena el sentimiento más puro
impide el construir un amor maduro
destruye toda relación tristemente.
Desatan los demonios de la persona
atacan la autoestima del ser humano
castigan sin piedad a cualquier fulano
levantan una barrera que no perdona.
Pueden llegar a ser un cáncer sin cura
que a muchos derrumba sin esperanza
apremia meditar para hallar la balanza
que libere al enfermo de dicha atadura.
Se arraigan a nuestra piel como tatuajes
con figuras que no resultan agradables
las terapias llegan a ser indispensables
se interpreta maldición en sus lenguajes.
Es preciso mudar las acciones negativas
colocando aquel sano juicio por delante
aceptar que la confianza es determinante
abrir el corazón para emociones positivas.
***Omaris Redman***
Diciembre 5, 2022