Nitsuga Amano

La Culpa

La culpa se sentó en la mesa, cubierta con un mantel ensangrentado de ira y culpa. Frente a su mayor enemigo, su veredicto de huelga  hambre y la saciedad.

 

 

Serpientes sigilosas y peligrosas, animales inconscientes que se deslizan por tus venas, verdugos de afilados colmillos que nunca se desperdician, descarados peregrinos que no esperan milagros...

 

 

La justicia dictará sentencia, vestirá de rayas blancas y negras, abrumará la noche, e impondrá el sentimiento de culpa a la conciencia...

 

 

Como el destino, es una mancha imborrable en la piel. No te dejará, no te desamparará, ahogará la cuerda alrededor de tu cuello, y no hay tal libertad de conciencia.

 

 

No hay paz en el ambiente. Tu mente sucumbirá al laberinto en el que escapaste tratando de olvidar tu pasado. La memoria es una tortura que nunca te deja ni te abandona. La verdad reemplaza esta culpa.