andrea barbaranelli

Concierto para oboe

Estoy escuchando el Concierto para oboe

en La menor

de Vivaldi

y ahora el disco está reproduciendo el Allegro

que me llena de un sentido

de nostalgia tan fuerte que casi no logro explicarme

cómo pueda conmoverme hasta las lágrimas

la nostalgia de la laguna

vista desde una ventana

que por cierto estaba abierta ese día

en que Vivaldi lo creó y escribió

en una hoja pautada

pero no lo estoy escuchando como sería justo escucharlo

en el silencio más absoluto

sino

desenredando los sonidos purísimos

del ruido de fondo

de la estructura del edificio en que vivo

los ruidos de los aparatos funcionando en el sótano

y en cada uno de los pisos

asomados al pozo de luz

los ruidos de los aspiradores

de las heladeras

de los televisores

mezclados con el ruido incesante del tráfico

de las calles que me rodean y envuelven

pero no voces de personas

ni voces de mujeres

ni de chicos y chicas

de jóvenes

de viejos

como si no hubiera

siquiera un ser humano en el mundo

sino solo aparatos y máquinas

y pienso en las voces

que sin duda llenaban su espacio

mientras Vivaldi escribía

las notas del Allegro

las voces de hombres mujeres y niños

marinos y gondoleros y vendedores

llamándose y hablando de un punto a otro del espacio

en el silencio absoluto y purísimo de la laguna.