MIGUEL CARLOS VILLAR

… al filo de las doce

 

 

 

 

 

El silencio

se hace dueño de la noche

a la espera

mi virtual luna

desgarre con argénteos rayos

procelosas nubes

que velan mis anhelados sueños.

 

Mientras tanto,

en los ancestrales recovecos

de la fantasía,

aladas luciérnagas

hacen de guía

en recuperar

mi primer amor.

 

Indefenso,

lacero la memoria.

Ráfagas de vividos desencantos

se acumulan a mi alrededor:

(atormentada hojarasca

en un bosque de desilusiones

y malentendidos)

 

Al fin,

radiante claridad

rompe la espera.

Mis sueños

recobran cuerpo,

cuerpo!

… al filo de las doce.