Antonio Jose Alcada

No se puede permanecer indiferente

Iba por la carretera pensando en un fin de semana con paz y tranquilidad.

Me cruzo con un rastro de una guerra pasada, hace décadas.

Pero sentí el horror y el drama. El coche de combate pasó por una mina.

¿Qué pensarían los jóvenes momentos antes?

Me emocioné.

Ni sé ni me importa a qué fuerzas militares pertenecían.

Pero qué dolor siente quien se queda aquí. Y afortunadamente la paz y la reconciliación trae la felicidad de sentir la vida en el día a día.

Créeme.

Ver y sentir es muy diferente de lo que hablan en la televisión.