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Como estrella fugaz...

Me aventure a quererla…así,

sin precaución…sin cautela…

así espontáneamente… confiadamente.

de manera precipitada…sin meditarlo,

sin advertir las consecuencias,

así…le entregué mi corazón.

 

Tan solo la quise…

la quise con ligereza,

tal vez con algo de apuro…

o con imprudente insensatez,

con demasiada indolencia,

o simplemente por atrevida curiosidad…

o por apremiante necesidad.

 

La quise si…con total franqueza,

con inocencia…y hasta con devoción.

 

A lo mejor …yo solo quería    volver amar,

y me dejé llevar de la ilusión.

 

Pero me aventure a quererla,

y aquí estoy,

suspirándole al día en que la conocí,

a ese instante de la coincidencia,

al preciso momento de la grata casualidad,

a aquel dulce encuentro…

tan impensado y formal,

tan perfecto y puntual.

 

La quise si…con un delirio incontenible…

rayando la sinrazón,

con un impulso electrizante…

que me erizaba la piel,

con un nerviosismo de adolescente…

como la primera vez.

 

La quise así, tan de repente…

que no pude contener las ganas de contemplarla,

que ya no pude guardar el deseo de acariciarla,

y sucumbí irresistiblemente…a sus encantos de mujer.

 

Así empezó nuestra historia…

llena de magia y fantasía,

convencido de aquel estruendo    que en mi pecho rugía,

desbordado de excitación…

cautivado por la gracia de su esencia…

extasiado por lo trampa de su aroma…

obediente a su fragancia,

y con aturdida sumisión.

 

Me aventure a quererla…así,

sin imaginar que acabaría,

que esta emoción terminaría…

y que mi pasión impetuosa se extinguiría.

 

Jamás pensé que todo lo bello que sentía…desaparecería.

 

Jamás creí que nuestro amor…

intrépido y audaz

urgido y tenaz…

raudo y sagaz…

cancelaría su algarabía de vivir…y moriría...

si,

moriría como estrella fugaz.