Todo o nada,
llega la explosión,
cuerpos, cuerpos, cuerpos.
Dejando fluir fluidos corporales,
tiempos desatados, cuerpos placenteros,
en la Babel de colores, en el paraíso de los placeres.
Placeres efímeros, cuerpos buscando solo placer temporal,
de ahora y luego nada, explotando los cuerpos en olas de placer,
placer que desatan el vacío, nunca es bastante, en hileras esperando.
Cuerpos que son solo cosas en una explosión sexual, cuerpos para el placer,
desatando las olas, desarrollando el placer en oleadas, desatados los cuerpos atados,
atados al placer instantáneo de la piel deshumanizada, entre luces de colores calidoscópicas.
Explotando los cuerpos en olas de placer que nunca son suficientes, mientras se bajan los peldaños,
peldaños al infierno del placer que quema y que abrasa la piel en el placer momentáneo de tantos cuerpos.
Degenerando en una explosión donde nada importa, sólo es búsqueda del placer hedonista donde nada es suficiente,
donde todo es posible, donde todos esperamos placer sin nada a cambio, deleites gozosos de las pieles donde nada importa.