Josefina Barreto

REENCUENTRO

Felicidad

me esquivaste tanto tiempo,

te escondiste muy, muy lejos

disfrazada de nieve en cumbres montañosas.

O de iris en frágiles alas de mariposas.

Te sentía tan lejana,

que hasta llegué a pensar que en verdad no existías, que eras una falacia, que eras una utopía,

el trillado argumento de los cuentos de hadas.

No sabía que eras tú quien reía a carcajadas

entre aquellos chiquillos correteando en la calle;

en un breve saludo, en el canto de un ave,

en el último rayo de sol de cada tarde.

En las calladas letras de un verso temeroso

que me espiaba a hurtadillas detrás de la ventana;

en la tierra mojada, en la hoja, en la rama.

Por eso, hoy que te muestras presente, sin disfraces

retadora, sonriente, erguida frente a mí,

hoy que hacemos las pases

ya no sé qué decir. Olvidé a dónde ir,

invadida de miedo de perderte de nuevo.

Felicidad

¡no me abandones más!, mira que ya comprendo

que te buscaba en él, pero al fin, no era cierto.

Tu guarida está aquí,

aquí, en mi hogar, junto al fuego, donde vas a vivir

detenida en el tiempo.

Donde voy a cuidarte como algo muy preciado

porque ya te merezco, porque el tiempo ha llegado,

porque no tengo miedo de beber de tu mano.

Felicidad

Me abrazaré a tu pecho, recostada en mi lecho

dormirás a mi lado.