César Ortega.

Que triste es este siglo.

Las viejas costumbres mueren.
Ya no se busca el sutil afecto.
Al hedonismo todos se adhieren.
Que triste este siglo dónde ha muerto el dialecto.

Ha muerto ese sutil lenguaje.
Las señas, el tacto, los versos, han muerto.
Hoy a esto le llaman intensidad,
Sin saber reconocer el afecto con humildad.

Tienen miedo de morir de amor.
Tienen miedo de abrir el corazón
Pero llaman vida a fornicar sin razón.
Llaman vida al exceso y al chasquido del metal le dicen amor.

No quiero convertirme en ellos
Entrar en el vulgar juego del hedonismo.
Del sexo sin amor, el de los besos fríos y desproporcionados.
Aún que me perpetúe en soledad, solo quiero ser yo mismo.

Que triste este siglo.
Todos buscan la formalidad,
El amor sin condición.
Con quién compartir.

Que tiraste es este siglo.
Cuando lo encuentran lo dejan ir.
Prefieren la informalidad.
Hoy todo es hedonismo.

Que triste es este siglo, 
Todo es opulencia.
Todo es demencia.
Todo es luto y tristeza.

Benditos sean los que amor irradian.
Los que no temen entrar en el.
Los que aún advertidos de incendiarse entran.
Los que aprenden a arder.

Maldito este siglo de confusión.
Donde la muestra de amor es la indiferencia.
Donde se exige la comprensión unilateral
Maldito siglo dónde la intensidad genera confusión. 

 

César Ortega.