Mujer idónea dónde estarás,
mi corazón cual río te busca
y mis ojos te esperan en la mar.
Oh prendenos de tu lazo mi Dios
para contraernos si halamos opuestos.
Con lazos de amor unenos
a fuerza de tu pasión forjanos.
Cómo a nieve derrítenos,
como a Tizón enciendenos,
en tu voluntad sustentanos.
Mujer idónea que has de llorar
para en lágrimas pulirnos más.
Los tres seremos uno;
el Espíritu nos auscultará,
para amarnos aún más.
Yo seré tus músculos en fuerza
y tú serás mi fortaleza interna.
Yo veré la obra hecha
y tú distribuirás su alcance,
que en nada Dios se desagrade.
Mujer idónea por dónde andarás
mis pasos siguen a mi Señor
¡cerca de ti debo de estar!
pues mi Dios sabe bien dar
por añadidura si le sirvo más.
Él nos levantará en su tiempo,
nuestros ojos se unirán
y un solo camino pronto verán.
¡Porque Dios es la luz!,
que nuestra vida guiará.
Mujer idónea mis brazos te esperan
y mis labios tu frente anhelan besar;
aquel día en que su ángel nos unirá.
Yo mi brazo y en él tu suave mano,
con pasos paralelos a la puerta triunfal
por donde entraron dos y salimos uno.
Mujer idónea nos hicimos esperar
¡Gracias Dios! pronto he de verla ya.