JUSTO ALDÚ

SI NO FUERA TAN TARDE

*De mi poemario CIUDAD DE BOHEMIOS

Si no fuera tarde aclararia
por qué pasó la luna de un espejo
y se fundió en la ciudad conmigo en uno.
Centripeto,
atador,
sin fantasías,
sin versos.

Si no fuera tarde te diría
las vocales del cariño,
esparcidas
junto a mi silencio de mar
en un golfo de paz dislocada en archipiélagos
de angustia.
Ahí donde aleteaba tu corazón,
crepúsculo del mío.

Si no fuera tarde
pensaría que alguien
pasó con gesto dibujado
impostando tu voz con ironía,
tal vez por compromiso,
tal vez por abulia
para distorsionar la realidad.

Y una profunda herida
en el recuerdo
como dolor de paz entumecida
se riega por tu verdor
casi olvidado.

Mastico en la lengua
algo que mimetiza
un jinete
que se monta en una idea
que pasa,
pero nunca pasa por completo.
Camino que no empieza
ni acaba.

Ya no sé la talla
de tu evocación
y no puedo decir si es el acedo pan
de estos absurdos
que siempre me indigesta
o si tengo deseos
de eructar insensateces
para distraer el hambre hecha nudos en las tripas
que se acuesta en mi cama
por las noches
y sueño como siempre locos sueños.

El llanto del camino
que se aleja para nunca volver,
porque no hay camino que se vaya
y regrese sorbiendo
las distancias
a su momento de partida.

Es que hablar de ti
no es fácil
si hablamos de recuerdos.
El calzado calzar, no ser calzado,
el aire respirar no trasegado.
¡La luz mirar la luz!

Ahora que contigo
me reencuentro
es apenas perceptible
esa íntima nostalgia. Tiemblo el domingo
más tonto y ¡Maná! 
todo me baña por dentro
y veo tan diferente la ciudad
con raras superficies
con alma de greda y tiempo
en su verdad que es mentira hecha de siglos.

Ciudad de hechizo
magia sin manos
cruel sortilegio de pasiones
Noches de luna
con quejumbrosos sueños,
imágenes vivas
de brillantes deseos

Así eres Panamá.
Una palabra que al rasgar
mi boca para decir total
tus dimensiones
me quema de ansiedades 
pues tu vibración lo incendia todo
... Te prefiero, como un tratado sin respuestas...

Y a todos digo:
Ciudades como ésta
arrinconar la idea
con su beodez de sal
y mares de ansiedades te revientan en larvas de protestas o renuncias,
en recuerdos sin noche
que adormilan;
y un día, cuando el licor
de la progenie estalle en el confeti de los hijos,
nadie sabrá si de verdad
esta parado en ella o es ella la que por dentro le camina.

JUSTO ALDÚ
Panameño
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