Ben-.

Nostalgia imposible-.

Resplandor de un día, convocación

de dioses más taciturnos, nuestras

evocaciones, no fueron, sino sortilegios

de una despedida: adioses carcomidos

en la mitad de la vereda. Pinares

antiguos, viejos, y arcaicos, piedras

sin santos, aburridos y maquinales,

nos esperaron, serenos y altivos.

Fuimos eternidades que se cruzan,

que mantienen alta la moral en la vigilia,

para luego, escaparse y morar en la cuneta.

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