Alejandra Caceres

Mis anhelos.

La noche cae como la lluvia cuando solíamos correr bajo ella creyéndonos dos enamorados de película. Cae como las estrellas que vimos aquella noche en el techo de la casa de tu mamá.

Cae como mis débiles lágrimas por mi mejilla cuando te pienso, cuando recuerdo que ya no estás conmigo... Pero aún sigo creyendo y anhelando que si tus brazos rodean mi cuerpo, el frio no me abrazará más; que si tus ojos se reflejan en los míos no veré la oscuridad otra vez; que si tu alma se encuentra con la mía, la soledad no me atrapará de nuevo.  

Mi rutina al morir será breve: en una noche fría, donde te sientas solo como aquellas noches, entraré a lo más profundo de tus sueños y te contaré cosas preciosas, después de haberte explicado a detalle lo libre que se siente ascender, pero lo solitario que puede llegar a ser sin tu compañía. Esa será mi rutina diaria, hasta que asciendas conmigo.