Matias 01

Vendrás…

¡Paloma, hermana de la caridad!

¿Vendrás a vivirme a este mi exilio

en que me pierdo, en que me uniformo

y me despido de mis visitas?

Cierro los ojos y la verdad está allí, contigo,

en la roca circular,

donde tus pequeños pies dan sus grandes

pasos dentro de mí.

He aprendido ahora, como se desahucian

los destinos dulces

detrás de los diciembres que remolcan

sus ausencias,

como uno se queda soldado a la tristeza

y sus múltiples veranos de melancolía;

¿Vendrás ahora que se duplica mi sombra

para completar mis sueños?

 

A la ventana, que ha quedado abierta,

asoma el áspero insomnio con su yedra gris

de aire meditabundo,

que se cuela y arrastra sombras desnudas,

crecidas del ayer.

¿Ya ves? -Amor, dulzura de mi todo-

Subes por mi silencio,

por encima de mi platónico beso

para ahogar a esta tristeza en el mar callado

donde hebra Dios su mirada azul.

¿Sabes? -Amor que me sonríes siempre-

¡Tú lo sabes, por eso vienes!

Este silencio en que me arrimo

tiene sed de mis ojos muertos,

y es maná de pena

que inunda todos mis desiertos.