Dos torres albergando
las caras plateadas
de “ilustres” caballeros, guerreros,
guías y espías,
escudos de hierro y espadas,
¡sangría!
Dueños del universo,
guiando al resto
de las marionetas inertes
al agujero mas grande
que su misma muerte.
¡Convirtiendo sus vidas
en tranvías sin deseo!
apagando caras encendidas
almas de los infortunados
seres ordinarios
que llevan día a día
caldo y quimera
a caseríos carentes,
moradas indigentes,
pequeños hoyos de lodo
hundidos en nada y todo.
¡Marionetas de los maestros!
Movidos por los lazos
de destinos destrozados
vejando sus almas
manchadas de plasma,
comprimiendo las entrañas,
la lánguida esperanza.
Tutores dirigen sus aulas,
trocándolas por jaulas
con barras de trolas y trucos
los dedos lanzando bulos,
ojos reflectando mares
¡infestados de pirañas infames!
a la orilla del mar “Pacífico... ”
El acuerdo de paz decretado
grabado en genial jeroglífico
negando a sus marionetas dar
el prometido tratado
de tratar a todos igual
¡las nubes llorando
en tiempos dañados!
a sus mentores odiando
lloviendo en tristeza polar,
glacial, celestial.
¡Muy maravillosos
maestros del universo!
persisten, marcando, mancillando,
destruyendo, asesinando
el suelo agotado de agitar,
soportar y albergar
desconsuelo,
lápidas de inocentes
¡Oh, maestros negligentes!...
Ha sido así desde el comienzo...
\"Gracias\", dueños del universo...
Copyright©2010 Rocío Vega-Ponce