David Ortiz Ramírez

Luna de noche oscura

En la ventana ya no hay lontananza,

sólo una oscuridad que inspira calma,

con sortilegios embriagando el alma

y llenando su seno de añoranza.

 

Afuera, el viento, en suave melodía

orquesta la macabra oscura danza,

los árboles aviando en alabanza

a la luna, radiante en lozanía

 

Las alturas recorre, peregrina,

la luna pálida como una diosa;

mirando nuestras vidas, silenciosa;

riéndose a oscuras de nuestra rutina.

 

Antes que llegue el resplandor temprano

la reina albina piensa en la ironía:

su reinado fenece con el día,

y en él se pierde su esplendor lozano.