Gerardo Barbera

EL ENANO

 

 

EL ENANO

 

El trono en sus sueños y delirios,

rodeado de esclavos que mueren,

despierta de noche, sonríe,

la luz del sol se acerca, las aves huyen,  

el Enano toma la espada del triunfo revolucionario,

todo un país bajo la cama, gusanos inferiores,

le temen, basta una mirada, aparece el fusil,

la oscuridad del pensamiento,

la humanidad perdida en los cementerios,

pisar las hojas que se secan,

a quién le importa el llanto fúnebre,

hogares desiertos, tratan de escapar,

cruzan ríos, montañas, infiernos.

 

El Enano de mirada de verde oliva,

en el sillón de los líderes del universo,

se estira y besa el cielo, sus estrellas en el hombro,

su trono, Dios, la gloria, al fin en la cima,

las sombras besan sus botas, obedecen,

besan su anillo, el Sol eterno que regresa,

como la Serpiente del Edén,

las palmeras donde duermen los duendes,

la insistencia de insectos nocturnos,

el espejo de baja estatura no miente,

la Academia de los nuevos nazis,

las aguas teñidas de sangre.

 

Las olas azules se diluyen a lo lejos,

la maldición oscura del invierno,

el Enano dibuja traiciones con sus dedos,

la mirada de las bestias que le siguen,

la esperanza se diluye en la neblina,

el Enano borracho de aplausos

alza el vino de tormentos y lujurias,

laberintos de voces tras las rejas,

sociedad vestida de órdenes,

revolución en los pasillos,

como ritos debajo de la puerta,

furia de volcanes y tormentas.

 

La \"Caja solidaria\", Dios, qué tristeza,

una flor se marchita bajo la lluvia,

un puñado de arroz, harina, las migajas,

el Enano festejando con champaña,

lágrimas solitarias que se apagan,

botas verdes persiguen girasoles,

insectos desaparecen más allá de la frontera,

flores de colores en alas del viento,

florecerán del otro lado del mar,

se irán lejos, tal vez no regresen,

la victoria del Enano, las milicias,

duermen felices, son líderes de calle,

si cumplen con el deber sagrado,

quizás tendrán el honor de besar su mano.