Haz Ámbar

No voy a sonreír otro día...

No voy a sonreír otro día

pensando en tus caricias imposibles, 

como una caricatura de mí mismo 

todo en torno el limbo

en medio de un desliz

que ha suprimir mi vida

por designio de aquellos en su altura. 

 

Finalmente, 

el temporal vence a mi cordura, 

y es un sueño

que de mí todo se apodera. 

Lo estoy sintiendo

circular por mis venas

aún bien ebrio:

¿qué es lo que sucede?

 

Te di mi corazón,

y ahora muero

bajo el agua de tu ausencia. 

¿Muero?

Oh, sí, morir muy bien quisiera.

Aquí tan solo me encuentro

a mí en mi reflejo. 

Oh, prisión permanente 

dentro de un cuerpo

a imagen de este caos.