Será momento de hablarle a Dios
pues la tinta ha corrido, como ríos,
grabando en papeles las caras
de miles de desaparecidos…
y nunca lo quiso ver.
¿Cuándo será el momento?
que, de una mirada al huerto,
para que vea tanto niño muerto
que no pidieron venir,
ni morir sin alimento.
Herodes que persiguió a Cristo,
hoy se hace llamar presidente,
los esbirros se reúnen con el clero…
y los Herodes con el papa,
la curia quiere más tierras
y, el pobre, ni tierra tiene.
Será momento de hacerle ver,
Que los pobres, ni en pesebres nacen,
ni tienen dónde nacer,
que no hay escuelas ni hospitales
y se mueren de hambre y enfermedades
antes de caminar, o de llegar a entender.
¡Si!... mientras el pueblo se muere de hambre
ellos, los líderes, trafican en contubernio…
armas, comida, vestidos… medicinas;
el negro destino se viste de blanco,
con un besamanos al santo padre.
¡Se acaba el agua!...
en lenguaje de babel claman,
que el pobre no se bañe ni tome agua,
para que el rico sus vastos jardines riegue,
lave sus carros y bañe a sus perros.
Será momento de decir… ¡basta!
que las escrituras no llenan, ni enseñan nada,
por centurias corregidas…
falsedades, que se dan por verdades.
Dios, Si vas a venir,
¡No esperes mil años más!...
los rebeldes, ya no son llamados santos;
ya no tienen por destino los altares,
ni sueñan con dormir en el vaticano.
Carcome la vida ver,
tanta injusticia en este mundo,
dicen ¡no! al aborto,
mientras amparan al pederasta,
al estafador y al traficante.
Será momento de hacerle ver,
Curas panzones y templos cargados de oro,
Que también se dé cuenta si ve,
que la vida del pobre…
vale menos, que la del perro de un rico.