Cubanito

aquel libro que hoy no puede leer...

amiga,

miro pensando,

que quizás si no fueras bella,

llorarías muy sola en aquel banco,

de tu balcón de ultima espera,

pero como un libro soy,

me abres,

me lees en voz alta, sin siquiera mirarme,

corazón de espinas envueltas de prosas lo evocan,

atento estoy,

y tu perfume se derrama en mi cicatriz que aun arde...

amiga,

tan cerca que quisiera frotarte una de mis esquinas,

cerca de tus cejas, tus pestañas, tu palabra insana,

para despertar tus deseos de leerme de un golpe,

agradecido como nunca, y tan triste como la nada,

por eso me abres, me pasas tu mano interesada,

me lees otro capitulo de la vida y obra del ayer,

y aquella mujer llora por aquel  libro que hoy no puede leer.