En las calles oscuras del remoto universo,
Se perdió con torpeza mi mejor fantasía,
Persiguiendo tu boca con sabor poesía,
Me quedé con mis labios esperando tu verso,
La brutal puñalada de un destino perverso,
Se clavó en mi silencio con sutil ironía.
En la sombra de noche con el brillo de vela,
Pensaré las palabras que se roba el silencio,
Y mirando la flama sin saber que presencio,
Dejaré que se vayan sin que apenas me duela,
Y de frente a la muda cobardía que influencio,
Pasará tu recuerdo en la alumbrada candela.
Las palabras calladas sin llegar al papel,
Te dirán a su tiempo lo que el tiempo te oculta,
Llegarán de repente con la piedra en tropel,
Arrojada con fuerza de mi audaz catapulta,
Las heridas de orgullo supurando su miel,
Mostrará con recuerdos lo que ahora sepulta.
Y vendrás a besarme con amor o sin él,
Entregando dulzura de tu boca de pulpa,
Supurando la herida que gotea tu miel,
O pidiéndole al tiempo su sabía disculpa,
De dejar que muriera mi cariño tan fiel,
Y diciéndole al mundo que fue mía la culpa.