Jiber Ramos

Espectro

La tumba es un aposento solitario que profanan los gusanos, ¿Para que preocuparse? Frente a un muro sin puerta me siento en una silla y contemplo los pensamientos de filósofos y poetas qué terminaron en el mismo banquete con gusanos.

 

Hasta que nada queda. Nadie es gente, son llanuras, venas de ríos. El hacha del viento inquieta a los estrobos cardíacos. Esa manía tan nuestra de expresión de la vida, el amor y el olvido.

 

Después cesaron las tristezas cuando pude empuñar una botella y en tu copa bebí el llanto. 

 

¡Grita más de prisa!